lunes, 24 de septiembre de 2012





SOBRE LA CATEGORIA GÉNERO. UNA INTRODUCCION
TEORICO-METODOLOGICA

El nuevo feminismo que aparece en los años sesenta en los países desarrollados, parte y se desarrolla en sociedades que   previamente habían  acordado el reconocimiento de los derechos humano  contenidos en la declaración respectiva de las Naciones Unidas.  
La  variación  de los comportamientos sociales está más allá de las diferencias biológicas, porque entre los seres humanos hasta la satisfacción de las necesidades   más  elementales  de    la sobrevivencia, alimentación, vivienda, vestuario, etc., están determinadas  por construcciones   sociales
Para   quiénes nos formamos   en   la   sociología,   la   apuesta  era dos posturas diferentes que han  acompañado a la investigación sobre las mujeres: una que centra el objeto de estudio en las   mujeres,   es decir, en generar   acumular y revisar  información e  hipótesis sobre las condiciones de vida y de trabajo, la creación y la cultura producida por las mujeres. Otra que privilegiará a la sociedad como generadora de la subordinación de las mujeres.
Las premisas más generales explícita o implícitamente formuladas sostenían: 
a) La subordinación de las mujeres es producto de determinadas formas de organización y funcionamiento de las sociedades. Por lo tanto, hay que estudiar la sociedad o las sociedades concretas.
b) Requiere de analizar en  todos los  niveles, ámbitos y  tiempo  las relaciones  mujer-varón mujer-mujer, varón-varón.
  Los sistemas de sexo/género son por lo tanto, el objeto de estudio más amplio para comprender y explicar el par subordinación femenina-dominación masculina.
Varones y mujeres tenemos la capacidad desde muy temprano en la vida de producir con el cuerpo. Mujeres y varones somos imprescindibles para la fecundación, pero sólo el cuerpo de las mujeres ha asegurado hasta ahora la sobrevivencia del huevo fecundado y por lo tanto de la especie  humana.         
Mucho más allá, la sexualidad es el conjunto de las maneras muy diversas en  que las personas     se relacionan como seres sexuados con otros seres también sexuados.

Pensar y tratar de comprender la sociedad dividida en géneros tiene algunas consecuencias metodológicas. Por un lado exige recoger y analizar la información a partir de la variable sexo, en la medida en que éste es el referente empírico más cercano e inmediato  de observa.  En otras  palabras, la variable sexo es condición necesaria pero no suficiente para que un análisis social sea un estudio de género lo femenino y elementos más sutiles, tales como los acuerdos y desacuerdos de intereses.
Hay que destacar que para comprender y explicar los sistemas de género no basta con conocer los ámbitos donde mayoritariamente varones y mujeres se expresan e interactúan, ni los espacios de la "normalidad" por donde transcurre la vida de la mayoría de la población. Se requiere también de conocer las colas de las distribuciones y esas zonas oscuras y límites de la sociabilidad, sobre las que da miedo y produce dolor pensar.
El género es una forma de la desigualdad social, de las distancias y jerarquías que si bien tiene una dinámica propia, está articulado con otras formas de la desigualdad las   distancias   y   las   jerarquías   sociales.
Por   ambas   líneas   de   conocimiento   y reflexión, es posible entonces pensar  la dominación   masculina   con   un   comienzo en el tiempo, impreciso  y  vago, pero que permite  desligar la  subordinación  de las  mujeres de la evolución “natural" de la humanidad, y entenderla como un proceso histórico de resolución de conflictos. Permite además ver períodos y formas de dominaciones masculinas diversas,   los   factores y los actores que provocaron el cambio, las   alternativas que  se  dieron  a las mujeres  y los varones, los discursos que justificaron los cambios promovidos, etcétera. Finalmente, nos permite interpretar las posibilidades y  limitaciones de las  perspectivas de cambio en la actualidad.







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